Uno de los colectivos que se ve especialmente beneficiado por la aplicación de las TIC al área de la educación es el de las personas con discapacidad y es que, si el desarrollo tecnológico no tiene en cuenta las necesidades de este sector, se pueden dar nuevas formas de exclusión social.
Las personas ciegas o deficientes visuales tienen problemas de accesibilidad a las TIC. Dicha dificultad se suple con los llamados "revisores de pantalla" que permiten interpretar la pantalla a través de una línea Braille añadida al teclado y un sistema de voz. En caso de que no haya ceguera sino deficiencia visual, la solución radica en el tamaño de las fuentes, colores, contrastes, resolución de pantalla, etc.
El caso de los sordos es algo distinto, aunque si bien podría pensarse que al tener facultades visuales no deberían tener problemas para leer y escribir de forma correcta, la realidad es que muchos de ellos presentan problemas de lectura y escritura. El remedio en este caso consiste en establecer un vocabulario y una estructura de navegación sencilla.
Las personas que presentan discapacidad intelectual, por último, suelen sentir confusión ante la magnitud de información disponible en Internet, muchas veces compleja, tanto como el lenguaje que a veces se emplea para transmitirla. La clave en un esquema de navegación poco complicado.
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